domingo, 28 de marzo de 2010

Estar bien cuesta menos de lo que pensamos




Continuo sin prestar atención a mis actividades relacionadas con el ocio-amistades,si la memoria no me traiciona,creo que hace un mes exacto que no salgo en bici,pero no importa,si,como la abeja de mi pueblo busca su flor de almendro yo busco mi sitio,estoy decidido y convencido a marcar un punto de inflexión con la nueva oportunidad que me han dado,pequeños cambios que para un virgo como yo significan grandes cambios,un nuevo rumbo dentro de mi profesión,con nuevas incógnitas e ilusiones,nuevos conocimientos,nuevos compañeros y nuevas esperanzas de enderezar el rumbo,impulsado por grandes personas y una primavera que comienza a abrazarnos.



Cuando encuentro un hueco suelo aprender de los sabios y aplicar ciertas ideas a mi vida diaria,uno de estos artículos lo comparto con vosotros,un saludo y buena semana a todos,que lo necesitaremos!!...




La mayoría de los casos de estados anímicos perturbados tiene una solución previsible. Sólo unos pocos muestran consecuencias intratables. La gran ventaja de estos últimos, en cambio, consiste en que, mientras casi nadie se ocupa de lo que le ocurre a la gran mayoría, todo el aparato sanitario, mediático e institucional intenta ocuparse de los casos insólitos.
Las soluciones para las enfermedades que afectan a muchos –la pérdida de memoria, la ansiedad, la falta de concentración, las interpretaciones lesivas e injustificadas de las pesadillas, la ausencia de objetivos que paralizan voluntades o la pérdida de empatía– son increíblemente simples y, además, están fundamentadas científicamente.
Es más. El concepto revolucionario de la plasticidad cerebral con que se ha saldado el viejo enfrentamiento entre neurólogos y psicólogos conlleva un peligro: algunas terapias sugeridas por la recién descubierta plasticidad cerebral casi suenan a perogrulladas; no es creíble que baste con descartar las cuestiones que atormentan al espíritu y ocuparse, sobre todo, de lo que funciona. Dejar de lado los temas que convulsionan el espíritu y centrarme, en cambio, en la infinitud de cuestiones que me apetece y puedo resolver es una terapia de éxito.
Tres experimentos evidencian la inteligencia del pulpo, un animal invertebrado que pese a aprender rápidamente, también desaprende con la misma facilidad.
Otro ejemplo sobradamente comprobado: el cerebro no perdona que no se quiera aprender nada nuevo, por sencillo que sea. Sin algún tipo de ejercicio, aunque sólo sea físico, no se puede progresar. Basándose en esto, se ha podido demostrar la ventaja de practicar ejercicios mentales como la música, que agudizan capacidades no sólo vinculadas a este campo, sino a otros como los idiomas o una mayor empatía. Estar bien cuesta mucho menos de lo que uno se imagina, pero hay que proponérselo.
No sabíamos, por ejemplo, que sencillos ejercicios aeróbicos repercuten favorablemente sobre los estados de ansiedad. ¿Quieres decir, Eduard, que si practico en grupo movimientos simples como los de levantar los brazos con las manos abiertas disminuirán mis niveles de ansiedad? Quiero decir exactamente esto. O lo que es lo mismo: puros ejercicios aeróbicos aumentan el número de neuronas y el número de veces que se comunican entre ellas.
En la base de lo que antecede resplandece un descubrimiento que sólo hemos sabido apreciar en todo su esplendor recientemente. Hace falta aprender para vivir en paz. Sin aprendizaje, disminuyen determinados órganos cerebrales, como el hipocampo; se pierde la capacidad de explorar nuevas soluciones; se empequeñece el cuerpo social hasta arrugarse y perder su potencial de crecimiento.
Y ocurre algo peor: lo que distingue al progreso del conocimiento humano del resto de los animales es el llamado “efecto trinquete” o acumulado; es decir, sencillamente, no se pierde lo adquirido, sino que desde allí se catapulta la innovación. No hay marcha atrás. Mientras tanto, el inteligente pulpo puede aprender a abrir un bote de vidrio, pero olvida el mecanismo casi tan rápidamente como lo asimiló.
Hemos descubierto el impacto decisivo de la educación y el aprendizaje; el paisaje devastador que provoca el ensimismamiento sobre uno mismo y la inacción. No es sabio el que medita aislado del mundo, sino el que interacciona con él. Para ello puede ser necesario recuperar la capacidad para concentrar la atención meditando, pero con la finalidad de abordar luego objetivos colectivos como la gestión emocional, la solución de conflictos y la integración social. Uno solo no va a ninguna parte.
El posible error de los que frente a la crisis económica y social se refugian en la actitud de ni estudiar ni trabajar puede que no sea otro que el de hacer caso omiso de los efectos nefastos de la falta de ejercicio. Creer que sin hacer nada no pasa nada.




E.Punset.

6 comentarios:

Oscarjet dijo...

Suerte con tus cambios!Un saludo !

Breto dijo...

Gracias crak!!

Oscarjet dijo...

Breto, he mirado todo tu blog, muy chulo todo.
Me parece muy bien en el plan que ahora te lo tomas.La vida cambia y hay que saber renegociar las proximas curvas.A mi este año me pasa algo similar.Disfruto ahora quizas mas que antes, por eso.Ose que creo que en mi caso esta todo en el coco.
Cuando me ponga un poco las pilas con la btt me apunto a una salida contigo.Tienes que enseñarme mucho de por aqui...! saludos y buena semana santa!

Colosadu dijo...

Salva, Me alegro mucho de que las cosas empiecen a 'Rutllar'.

Un saludo campeón.

PD: Btteramente hablando, cuando quieras y donde quieras ya sabes donde estamos y cuando salimos...

R4expo dijo...

Es el punto de la evolución, aprender y adaptarse con agilidad y sabiduría, los continuos ciclos no ponen a prueba. Salir en bicicleta solo es importante cuando queramos que sea importante. Sé que evolucionas por que te preocupa estancarte.
Un abrazo, eres valiente...

Breto dijo...

salud y fuerza companys!!